Los geólogos no han encontrado muchos cráteres repentinos en la Tierra desde que la tecnología satelital se hizo popular. Sin embargo, los complejos procesos geológicos de este mármol azul a veces pueden esconder un secreto. Hace varios años, los científicos descubrieron un cráter escondido debajo de la capa de hielo en Groenlandia. En ese momento, creían que tenía entre tres millones y 1200 años. Ahora, sabemos que no dieron en el blanco por millones de años, Informes de Gizmodo.
El cráter logró evitar la detección durante mucho tiempo porque estaba completamente cubierto por 1,000 pies de hielo. El único indicio de su existencia es la proyección circular de la capa de hielo (ver arriba), que llamó la atención de Nicolai Larsen de la Universidad de Copenhague. Descubrió el cráter por casualidad mientras examinaba mapas del área y anunció el descubrimiento en 2018. Las observaciones de seguimiento confirmaron que había un cráter allí abajo, no un pequeño pez. Con un diámetro de 19 millas (31 kilómetros), es uno de los 25 cráteres más grandes de la Tierra.
En el momento de su descubrimiento, el equipo tenía buena evidencia circunstancial que sugería que el cráter era mucho más joven. El cráter parece tener una erosión mínima y las capas contenían hielo turbulento de la última Edad de Hielo y restos orgánicos de los bosques que cubrían Groenlandia hasta hace unos pocos millones de años. Esto parece corresponder a lo que sabemos sobre este período de la historia, conocido como Younger Dryas. Para estar seguros, necesitaban una muestra de la cuenca del cráter. Simple… excepto por la capa de hielo que cubre el agujero.
En lugar de cavar a través de mil pies de hielo, el equipo visitó regiones alrededor de la capa de hielo en busca de material del agujero. Después de tres temporadas de pesca, el equipo encontró arena derretida e impactantes cristales de circón que el agua derretida había arrastrado río abajo. Los investigadores fecharon ambos materiales y obtuvieron el mismo resultado: el impacto ocurrió hace 58 millones de años, solo unos pocos millones de años después. Extinción del Cretácico – Paleógeno.
Si bien el efecto no coincide con el Younger Dryas, debe haber algunos signos ambientales. El objeto tenía aproximadamente 0,6 millas (1 kilómetro) de diámetro, lo que podría haber arrojado suficiente material para cambiar el clima. Sin embargo, es poco probable que este efecto haya causado algo parecido a una extinción masiva. Los investigadores ahora buscarán evidencia geológica de tal evento.
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