JOHANNESBURGO (Reuters) – El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, culpó el jueves a la OTAN por la guerra en Ucrania y dijo que se resistiría a los llamados para condenar a Rusia, comentarios que generaron dudas sobre si Ucrania u Occidente lo aceptarían. Mediador.
«La guerra podría haberse evitado si la OTAN hubiera prestado atención a las advertencias de sus líderes y funcionarios a lo largo de los años de que su expansión hacia el este conduciría a una mayor, no menor, inestabilidad en la región», dijo Ramaphosa en respuesta a preguntas en el parlamento.
Pero agregó que Sudáfrica «no puede tolerar el uso de la fuerza y la violación del derecho internacional», una aparente referencia a la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero.
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El presidente Vladimir Putin describió las acciones de Rusia como una «operación especial» para desarmar y «desacreditar» a Ucrania y enfrentar lo que llama agresión de la OTAN.
Kiev y sus aliados occidentales creen que Rusia lanzó una guerra injustificada para subyugar a un vecino que Putin llama un estado artificial. Leer más
Ramaphosa también reveló que Putin le aseguró personalmente que las negociaciones estaban progresando. El líder sudafricano dijo que aún no ha hablado con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, pero que quiere hacerlo.
Ramaphosa dijo el viernes que se le había pedido a Sudáfrica que mediara en el conflicto ruso-ucraniano. No dijo quién le pidió que interviniera. Leer más
«Hay quienes insisten en adoptar una postura muy hostil contra Rusia. El enfoque que tomaremos (en su lugar) es… insistir en la necesidad del diálogo», agregó Ramaphosa. «Gritar y gritar no terminará con este conflicto».
El ANC de Ramaphosa, que ha gobernado Sudáfrica desde el fin del gobierno de la minoría blanca en 1994, tenía fuertes lazos con la antigua Unión Soviética, que entrenó y apoyó a los activistas contra el apartheid durante la Guerra Fría.
Por esta razón, Sudáfrica a veces es vista con recelo entre los adversarios de Rusia en Occidente, a pesar de que aún disfruta de un alto nivel de influencia diplomática en relación con su tamaño económico desde su transición pacífica a la democracia.
El jueves, Ramaphosa dijo que la negativa histórica de Sudáfrica a tomar partido significaba que «algunos se nos acercan para hablar sobre un papel que podemos desempeñar (mediar)».
«Nunca queremos pretender que tenemos tanta influencia como otros países, pero nos están abordando (para condenar a (un) lado)… nos priva del papel que podemos desempeñar», agregó.
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Informa Tim Cox. Editado por Catherine Evans
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