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¿Puede el PIB de China navegar la geopolítica y generar resultados?

¿Puede el PIB de China navegar la geopolítica y generar resultados?

Autor: Xin Gong, Universidad de Zhejiang

En el 76º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2021, China presentó la Iniciativa de Desarrollo Global. La Iniciativa de Desarrollo Global tiene como objetivo mejorar el interés internacional en el desarrollo global y acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Un tren de carga China-Europa que celebra el décimo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta sale de la ciudad de Jinhua, provincia de Zhejiang, China, el 21 de noviembre de 2023 (Foto: Reuters).

Desde su lanzamiento, más de 100 países y organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas, han apoyado esta nueva iniciativa. Como parte de la Iniciativa de Desarrollo Global, el gobierno chino estableció una agencia especial, un fondo dedicado de 4 mil millones de dólares y una biblioteca para proyectos de desarrollo global. Beijing también ha movilizado 12 mil millones de dólares de instituciones financieras nacionales e internacionales. Hasta agosto de 2023, se han implementado más de 200 proyectos “pequeños y hermosos”.

El Índice de Desarrollo Mundial promete una nueva perspectiva sobre el desarrollo global, especialmente para Asia, y sus principios y aspiraciones son alentadores. Sin embargo, la verdadera medida de la eficacia de una iniciativa de desarrollo global reside en sus elementos prácticos. Esto incluye su capacidad para alinear a China con los países socios sin abrumarla y su capacidad para adaptarse dentro del panorama geopolítico más amplio.

Un elemento central del WDI es la combinación de desarrollo compartido y sostenible. El primero enfatiza el enfoque en las personas y la inclusión, mientras que el segundo valora la innovación y la armonía con la naturaleza. Este doble enfoque centrado en las personas, junto con un fuerte compromiso con la gestión ambiental, ofrece una visión para el futuro. Pero los desafíos operativos son inevitables. La tarea de garantizar la equidad y la inclusión, al mismo tiempo que se responde a los objetivos y desafíos globales, será fundamental para el éxito de la iniciativa.

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El papel que Beijing prevé para sí mismo dentro de la Iniciativa de Desarrollo Global es otro determinante de la eficacia de la iniciativa. Como iniciador de la Iniciativa de Desarrollo Global, China desempeña un papel fundamental a la hora de guiar y promover su implementación a escala global. Al hacerlo, China debe asumir sus responsabilidades y al mismo tiempo evaluar de manera realista sus capacidades. Equilibrar estos factores subraya el papel central de los socios de cooperación. Beijing debe ser sensible a las necesidades y visiones únicas de sus países socios. Un enfoque en la cooperación que alinee la nueva iniciativa con las necesidades locales de los países receptores y promueva la autosuficiencia haría que el WDI fuera más efectivo.

En el ámbito más amplio del desarrollo, la interacción de la GDI con otros marcos importantes, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Iniciativa Reconstruir un Mundo Mejor, la Iniciativa Verde Limpia, el Portal Global y la Red Punto Azul, influirán en su rumbo. China puede navegar la interacción entre las iniciativas BRI empleando una combinación estratégica de “conectividad dura” en el desarrollo de infraestructura y “conectividad blanda” en reglas y estándares.

Dado que los esfuerzos de desarrollo global son multifacéticos, la capacidad de la GDI para coordinarse con otros actores y proyectos es fundamental. Esto incluye aprovechar proyectos clave de la BRI con principios de GDI para mejorar el intercambio de información entre diferentes iniciativas de desarrollo. China debe participar en el intercambio de información y la cooperación mutuamente beneficiosa con los países occidentales para aprovechar sus fortalezas y abordar conjuntamente las necesidades de los países en desarrollo. Al hacerlo, también es posible generar confianza en el desarrollo, que no es menos importante que la asistencia financiera y la transferencia de tecnología.

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Para que una iniciativa de desarrollo global tenga éxito, también puede necesitar un fuerte sistema de rendición de cuentas local y regional. A nivel mundial, China puede enfatizar las sinergias con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y otras iniciativas de desarrollo de las Naciones Unidas para garantizar el consenso en la selección de temas, la cooperación en proyectos, así como el seguimiento y la evaluación.

A nivel regional, los mecanismos de implementación de la IDG podrían depender de la Cooperación Lancang-Mekong, la Asociación China-Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el Foro de Cooperación China-África y la Organización de Cooperación de Shanghai. La pregunta es si los países receptores son capaces de aprender de la experiencia de China en la implementación de agendas de desarrollo prioritarias. Será interesante observar cómo las lecciones de idioma chino se adaptan y aplican externamente a diferentes contextos dentro del marco de GDI.

La estrategia de participación de múltiples partes interesadas de la GDI, que incluye diversas asociaciones desde gobiernos hasta el mundo académico, es ambiciosa. Si bien la amplitud de este alcance es encomiable, son necesarias investigaciones más profundas sobre la autenticidad de estas colaboraciones y sus objetivos a largo plazo. Dadas las tensiones geopolíticas actuales, un enfoque de múltiples partes interesadas podría restar importancia a las sensibilidades políticas y explotar el entusiasmo de los think tanks, las universidades, las empresas, las sociedades civiles y las organizaciones internacionales.

Dada su dinámica economía, Asia puede convertirse en una región líder en el Índice de Desarrollo Mundial y en la cooperación global. Tanto China como Estados Unidos han buscado aumentar la inversión en esta región. Pero las dos superpotencias todavía carecen de medidas conjuntas para la cooperación al desarrollo. La estrategia de asociarse selectivamente con países en función de su potencial de desarrollo también puede generar preocupaciones sobre el enfoque de la iniciativa respecto de la distribución de recursos.

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La búsqueda global del desarrollo sostenible enfrenta desafíos sin precedentes. El Índice de Desarrollo Mundial ha surgido como un modelo cautivador para reinventar el desarrollo global, especialmente en Asia. China ha hecho esfuerzos concertados para involucrar a tantos países como sea posible. Esto ha contribuido al cambio hacia un enfoque del desarrollo más equilibrado, coordinado, integral y más ecológico. Mientras el mundo observa, los éxitos y desafíos de GDI se revelarán a través de sus estrategias operativas y su capacidad para navegar en un entorno geopolítico complejo.

Xin Gong es profesor de la Escuela de Asuntos Públicos y director del Centro de Estudios Internacionales sobre Desarrollo y Gobernanza de la Universidad de Zhejiang.