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Una mirada más cercana revela efectos duraderos

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En un estudio reciente publicado en la revista Pediatríaun gran equipo de científicos de los Estados Unidos revisó los estudios existentes sobre las secuelas de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) (PASC) para comprender el impacto a largo plazo del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2 ) entre los niños, incluyendo… Estos incluyen factores como la prevalencia, las características clínicas, los factores de riesgo y los mecanismos subyacentes.

Revisión reciente: consecuencias posteriores de la infección aguda por SARS-CoV-2 en niños. Haber de imagen: Donkeyworx/Shutterstock

fondo

El impacto global de la pandemia de COVID-19 ha afectado a múltiples ámbitos de la vida, y ha tenido consecuencias económicas y sociales además del enorme impacto en el ámbito médico y sanitario. Los estudios han demostrado que la pandemia ha afectado de manera desproporcionada a grupos raciales y socioeconómicos específicos. Además, una parte importante de la población sigue sufriendo los efectos y síntomas persistentes y debilitantes del COVID-19, ahora llamado PASC o enfermedad por coronavirus prolongado (long COVID).

Se estima que Estados Unidos tiene aproximadamente el 20% de sus casos de COVID-19 entre niños, de los cuales se cree que entre el 10% y el 20% desarrollan PASC, lo que se traduce en aproximadamente 5,8 millones de niños en el país. El estudio actual resume la comprensión actual de la epidemiología, la prevalencia, los mecanismos subyacentes, las características clínicas y los resultados de PASC en niños.

Epidemiología PASC

La revisión no encontró consenso sobre la prevalencia de PASC entre los niños, con una prevalencia reportada que oscila entre el 4% y el 62% en todos los estudios. Los investigadores creen que las diferencias en factores como el diseño del estudio, los períodos de seguimiento, los criterios de diagnóstico y la población del estudio son responsables de la amplia gama de estimaciones de prevalencia. Además, los síntomas generales, que afectan a múltiples sistemas orgánicos y se superponen con comorbilidades existentes, también dificultan el diagnóstico de PASC.

También hay escasez de estudios que examinen el curso de la enfermedad de PASC en niños, y muy pocos estudios que examinen la progresión de la enfermedad más allá de 1 año. Los estudios han encontrado que solo el 15% de las infecciones asintomáticas por SARS-CoV-2 en niños desarrollan PASC, mientras que se ha demostrado que el 45% de las infecciones sintomáticas provocan secuelas a largo plazo.

Además, se ha descubierto que la infección con variantes preomicronas aumenta el riesgo de PASC. Se ha descubierto que el aumento de la edad, la gravedad de la infección, el mayor peso corporal, las afecciones médicas crónicas subyacentes y los sistemas de órganos dañados durante la infección aguda por SARS-CoV-2 son factores de riesgo para desarrollar PASC.

Si bien la contribución de los factores ambientales y psicosociales al desarrollo y las manifestaciones del trastorno PASC no se ha estudiado bien, los científicos creen que la escalada de la inseguridad alimentaria y de vivienda, la interrupción de los recursos educativos y de atención médica y la disminución de los ingresos familiares pueden aumentar los problemas de salud física y mental. en los niños y menor inmunidad y exacerbación de enfermedades existentes.

PASC en niños

Basándose en la información existente, el equipo formuló un modelo conceptual de PASC en niños. Definieron PASC en niños como un grupo heterogéneo de síntomas que ocurren después de la infección por SARS-CoV-2, que consisten en síntomas persistentes de COVID-19 como tos, dificultad para respirar, fatiga, dolor de cabeza, anosmia, senilidad y dolor crónico. Además, también se cree que el empeoramiento de condiciones existentes, como el aumento de la tos en niños con asma, el empeoramiento de las condiciones de salud mental y del desarrollo neurológico, y la cetoacidosis diabética en casos de diabetes infantil, forman parte de PASC.

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La revisión subraya la necesidad de prestar especial atención a comprender el desarrollo de PASC en niños que tienen mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2 debido a comorbilidades y afecciones médicas existentes. Los investigadores también discutieron el posible desarrollo de de nuevo Condiciones posagudas y aparición de trastornos autoinmunes. Los estudios ya han informado que el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) es una complicación frecuente de COVID-19 en niños.

La revisión también proporcionó un resumen completo de la amplia gama de manifestaciones y síntomas de PASC, incluidos síntomas constitucionales como fatiga persistente, malestar después del esfuerzo, confusión mental o dificultad para concentrarse, síntomas depresivos y somnolencia. Los investigadores también discutieron en detalle las manifestaciones respiratorias, cardíacas, neurológicas, olfativas, gastrointestinales, de salud mental, musculoesqueléticas, cutáneas, inflamatorias o hematológicas de PASC.

Además, el estudio también examinó el papel de PASC en la exacerbación de afecciones subyacentes en niños, como asma, fibromialgia y trastornos del tejido conectivo, así como afecciones posinfecciosas como MIS-C y de nuevo Es probable que durante PASC se desarrollen afecciones como diabetes, trastornos autoinmunes y problemas neurológicos.

Conclusiones

En resumen, la revisión examinó estudios que investigan las consecuencias a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2 en niños y proporcionó una imagen completa de la comprensión actual de PASC en niños. Los hallazgos sugieren que, aunque la gravedad y prevalencia de COVID-19 en niños no fue tan alta como en adultos, PASC conlleva graves consecuencias a largo plazo, incluido el desarrollo de nuevas enfermedades autoinmunes y diabetes. Estos hallazgos resaltan la necesidad de formar iniciativas para aumentar la comprensión de la susceptibilidad de los niños con afecciones médicas subyacentes a la infección por SARS-CoV-2.

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Referencia de la revista: