La historia de la vida en la Tierra a menudo se ha comparado con una llama relé de cuatro mil millones de años. Una antorcha, encendida al comienzo de la cadena, continúa pasando vida de la misma forma durante todo el camino. Pero, ¿y si la vida se entendiera mejor por la analogía del ojo, un órgano estrechamente relacionado que surgió de orígenes independientes? ¿Qué pasaría si la vida evolucionara no solo una vez, sino varias veces de forma independiente?
En un nuevo artículo publicado en Revista de evolución molecular, los investigadores del Instituto de Santa Fe Chris Kempes y David Krakauer argumentan que para aprender sobre la gama completa de formas de vida, debemos desarrollar un nuevo marco teórico.
En su marco de tres capas, Kempes y Krakouer invitan a los investigadores a pensar primero en el espacio completo de materia en el que la vida podría ser posible; segundo, las restricciones que limitan el ser de la vida posible; Y tercero, procesos de mejora que impulsan la adaptación. En general, el marco considera la vida como información adaptativa y adopta una analogía computacional para capturar los procesos centrales de la vida.
Surgen muchas posibilidades importantes cuando miramos la vida dentro del nuevo marco. Primero, la vida surge muchas veces – alguna aparente adaptación es en realidad “una nueva forma de vida, no solo una adaptación”, explica Krakouer – y adopta una gama de formas mucho más amplia de lo que permiten las definiciones convencionales.
La cultura, la aritmética y los bosques son todas formas de vida en este marco. Como explica Kemps, «la cultura humana vive de la sustancia del cerebro, al igual que los organismos multicelulares viven de la sustancia de los organismos unicelulares».
Cuando los investigadores se centran en las características de la vida de los organismos individuales, a menudo ignoran hasta qué punto la vida de los organismos depende de ecosistemas enteros como su materia prima, y también ignora las formas en que un sistema de vida podría ser más o menos. En el marco de Kempes-Krakauer, por el contrario, aparece otra implicación: la vida se convierte en un continuo más que en un fenómeno binario. En este contexto, los autores señalan una variedad de esfuerzos recientes que colocan cuantitativamente la vida en un espectro.
Al dar una mirada más amplia a los principios de la vida, Kempes y Krakauer esperan generar teorías más fértiles para el estudio de la vida. Con principios más claros para encontrar formas de vida y un nuevo conjunto de formas de vida potenciales que surgen de nuevos principios, no solo aclararemos qué es la vida, explica Krakauer, sino que también estaremos mejor equipados «para construir dispositivos para encontrar la vida, para crear en laboratorios, y para aprender sobre la vida. ”El grado en el que vives la vida lo vemos.
Referencia: «Los múltiples caminos de la vida múltiple» por Christopher B. Kemps y David C. Krakauer, 12 de julio de 2021, disponible aquí. Revista de evolución molecular.
DOI: 10.1007 / s00239-021-10016-2
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