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Úlcera corneal tras picadura de alacrán alrededor del ojo: reporte de un caso  Revista de oftalmitis e infección

Úlcera corneal tras picadura de alacrán alrededor del ojo: reporte de un caso Revista de oftalmitis e infección

Un hombre de 34 años acudió al servicio de urgencias de nuestro centro de oftalmología con síntomas oculares graves tras una reciente picadura de alacrán amarillo (Hemiscorpius lepturus) en la ceja izquierda. El paciente refirió dolor ocular intenso, pérdida repentina de visión y edema periorbitario. Cinco días antes de su ingreso en el hospital, había recibido tratamiento antiveneno inmediatamente después de la picadura. El paciente no utilizó ningún medicamento local durante el curso de la enfermedad. La confirmación de la especie de escorpiones se obtuvo mediante consulta con un entomólogo.

Tras la evaluación inicial, los signos vitales del paciente estaban dentro de los límites normales, lo que indica estabilidad hemodinámica. No tenía antecedentes médicos significativos de enfermedades sistémicas como hipertensión, diabetes o trastornos de la coagulación. El examen externo reveló enrojecimiento marcado, edema severo de los párpados superiores e inferiores y ptosis en el lugar de la picadura del escorpión. La ptosis se clasifica como “ptosis mecánica” y se debe al endurecimiento del tejido y al edema. La evaluación de la agudeza visual mostró percepción del movimiento de la mano en el ojo izquierdo afectado y visión de 10/10 en el ojo derecho. Es de destacar que no se observó ningún defecto pupilar aferente relativo y la función de los músculos extraoculares parecía intacta. El examen posterior con lámpara de hendidura reveló quemosis hidrolítica severa, indicativa de conjuntivitis y, además, hay adelgazamiento del estroma gelatinoso en un 40%, acompañado de infiltración blanca y defecto epitelial corneal en la córnea central, que se extiende aproximadamente 7 x 7 mm. Además, se observa edema corneal difuso con pliegues característicos de la membrana de Descemet. El examen de la cámara anterior reveló una profundidad normal con un claro ensanchamiento, un gran infiltrado celular y una hipoplasia móvil de 2 mm, indicativa de una respuesta inflamatoria (Figura 1). Cabe señalar que no hubo signos de cataratas ni de atrofia del iris. El examen del fondo de ojo se volvió impracticable debido al edema corneal severo y a la reacción celular extensa en la cámara anterior. Se utilizó ecografía B-scan para evaluar la posible afectación del segmento posterior, que arrojó hallazgos normales.

Cuadro 1

Al ingreso, el paciente presenta edema periorbitario, un infiltrado corneal de 7 × 7 mm, un defecto epitelial corneal y una deficiencia corneal de 2 mm.

Dada la presentación clínica sugestiva de queratitis infecciosa, se obtuvieron raspados corneales para cultivo y tinción para guiar la terapia antimicrobiana dirigida. Se iniciaron antibióticos tópicos de amplio espectro, incluidas ceftazidima y colirios fortificados con vancomicina, con una dosis de carga administrada cada 5 minutos durante 30 minutos, seguida de una administración cada hora a partir de entonces. Al mismo tiempo, se recetó un medicamento tópico para inmovilizar el músculo ciliar cada 8 horas para aliviar las molestias y reducir la inflamación dentro del ojo. Después del inicio del tratamiento, el cultivo realizado el día 1 reveló la presencia de Pseudomonas spp., que era sensible a la ceftazidima. Posteriormente se ajustó la pauta antibiótica para administrar dosis cada 2 horas, manteniendo la misma pauta antibiótica. Durante los días siguientes, se observaron marcadas mejoras, con una disminución tanto en el tamaño del defecto epitelial corneal como en la infiltración (Figura 2A). Se administraron antibióticos cada dos horas, que cambiaron a cada cuatro horas al tercer día. Para el día 7, el tamaño del defecto epitelial corneal había disminuido a 3 × 3 mm y la infiltración a 1,5 × 1,5 mm, con signos iniciales de formación de cicatrices. Al mismo tiempo, el día 7, se introdujo acetato de prednisolona al 1%, que se administrará cada 12 horas. Tras iniciar el tratamiento con corticoides se observa una marcada facilitación del proceso de recuperación. Para el día 10, se observó un infiltrado corneal de 1 mm con bordes bien definidos y un defecto epitelial central de 2 mm × 2 mm (Figura 2b). Posteriormente, la frecuencia de administración de acetato de prednisolona al 1% se redujo a cada 6 horas. El día 14 se consideró que el paciente estaba apto para ser dado de alta de la sala de oftalmología. Las instrucciones de alta incluyeron continuar el tratamiento tópico con ciprofloxacino, junto con un régimen de acetato de prednisolona al 1% cada 6 horas.

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Después de la evaluación de seguimiento 2 meses después, el examen con lámpara de hendidura reveló una cicatriz estromal corneal central residual que medía 4*3 mm, indicativa de daño tisular previo (Figura 2C). Sin embargo, el paciente logró una mejora significativa en la agudeza visual, mostrando una recuperación de 20/60.

Imagen 2
Figura 2

(a) Representa la condición clínica al séptimo día después del ingreso y muestra una rápida mejoría después del inicio del tratamiento con antibióticos. (B) Caso ilustrado al día 10 de ingreso, que revela una reducción de la infiltración corneal de sólo 1 mm, quedando un defecto epitelial central remanente de 2 mm x 2 mm. (C) Presenta una cicatriz corneal de 4 x 3 mm que se observó al día 60 del ingreso.