La crisis climática presenta un gran desafío para todas las personas en la tierra. Ha llevado a muchos científicos a buscar exoplanetas, planetas fuera de nuestro sistema solar en los que los humanos podrían asentarse.
El telescopio espacial James Webb se desarrolló como parte de esta investigación para proporcionar datos de observación detallados sobre exoplanetas similares a la Tierra en los próximos años.
Un nuevo proyecto liderado por el Dr. Assaf Hochman del Freddy and Nadine Hermann Institute for Geosciences de la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU), en colaboración con el Dr. Paulo de Luca del Supercomputing Center de Barcelona y el Dr. Thaddeus D. En la Universidad de Maryland, logró desarrollar un marco para estudiar las atmósferas de planetas distantes y ubicar esos planetas adecuados para la habitación humana, sin tener que visitarlos físicamente. Su estudio de investigación conjunto ha sido publicado en el prestigioso Astrophysical Journal.
La clasificación de las condiciones climáticas y la medición de la sensibilidad climática son esenciales al evaluar la viabilidad de los exoplanetas como candidatos potenciales para la habitación humana. En el estudio actual, el equipo de investigación examinó TRAPPIST-1e, un planeta ubicado a 40 años luz de la Tierra y que será documentado por el Telescopio Espacial James Webb el próximo año.
Los investigadores estudiaron la sensibilidad del clima del planeta al aumento de los gases de efecto invernadero y lo compararon con las condiciones de la Tierra. Usando una simulación climática computarizada en TRAPPIST-1e, pueden evaluar el impacto de los cambios en la concentración de gases de efecto invernadero.
El estudio se centró en el efecto del aumento del dióxido de carbono en las condiciones climáticas extremas y en la tasa de cambios en el clima del planeta. “Estas dos variables son importantes para la existencia de vida en otros planetas y ahora se están estudiando en profundidad por primera vez en la historia”, explicó Hochman.
Según el equipo de investigación, estudiar la variabilidad climática de los exoplanetas similares a la Tierra proporciona una mejor comprensión de los cambios climáticos que estamos viendo actualmente en la Tierra. Además, este tipo de investigación proporciona una nueva comprensión de cómo cambiará la atmósfera del planeta en el futuro.
Hochman y sus socios de investigación descubrieron que TRAPPIST-1e tiene una atmósfera mucho más delicada que la Tierra. Estiman que un aumento de los gases de efecto invernadero allí podría conducir a cambios climáticos más extremos de los que podríamos ver aquí en la Tierra porque un lado de TRAPPIST-1e siempre mira hacia su propio sol, de la misma manera que nuestra luna siempre tiene un lado hacia la Tierra. .
Como concluyó Hochmann, «el marco de investigación que hemos desarrollado, combinado con los datos de observación del Telescopio Espacial Webb, permitirá a los científicos evaluar de manera eficiente las atmósferas de muchos otros planetas sin tener que enviar una tripulación espacial para visitarlos físicamente. Esto nos ayudará tomar decisiones informadas en el futuro sobre los planetas que son buenos candidatos para el asentamiento humano y tal vez incluso para encontrar vida en esos planetas».
Mayor sensibilidad y variabilidad climática en TRAPPIST-1e que en la Tierra
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